Guatemala sin rumbo por Beatriz Villarreal

La sociedad guatemalteca no puede hacer frente a la gran cantidad de problemas que se le vienen encima: la crisis migratoria, la sequía y el cambio climático; la escasez de alimentos, la mala educación, la desnutrición, etc, etc, si continúa respondiendo, a partir, únicamente de los intereses individuales como lo han hecho siempre sus habitantes. La política democrática tradicional guatemalteca, por voluntad propia, perdió hace tiempo el control de los acontecimientos, excepto el de las coyunturas de las elecciones presidenciales, lo que la hace incapaz de pronosticar alguna visión de futuro significativa. Lo más grave de todo es que esto convirtió a las personas en simples espectadores insensibilizados de la enorme problemática social que se ha venido acumulando, y que cualquier problema nuevo hace que se desemboque en una situación de enormes dimensiones, por las consecuencias que genera a todo nivel.  

Un sencillo ejemplo: hace unos días, aproximadamente un mes, un periódico nacional publicó un reportaje sobre la situación ambiental y el cambio climático, así como de los problemas de la sequía en Guatemala. La persona a la cual recurrieron, como especialista para que diera alguna respuesta o criterio, sin hacer ninguna reflexión de fondo, sobre lo caótico de la crisis ambiental del país, y, si como un espectador más, siguió la corriente global de los datos, lo que hizo fue ofrecer citas tomadas de alguna fuente y comenzó a pronosticar lo que ocurriría. Como era de esperar, lo que predijo no ocurrió, por la gran generalidad de la información que dio. La situación, al día de hoy sus predicciones no se dieron.   

Otro ejemplo, la crisis migratoria y la respuesta de la Corte Constitucional ante la imposibilidad de que Guatemala fuera tomada como un tercer país seguro para Trump. Si ubicamos esto dentro del contexto que se ha venido construyendo, la capacidad de respuestas es muy débil, por lo tanto tampoco se hará nada. Ya que los políticos guatemaltecos no están tramando ningún  “mundo feliz” para los próximos años, pues en el ambiente actual, crear “nuevos mundos” trasciende su agenda. Creen que la razón por la que no entienden el mundo es que no necesitan entenderlo, porque las decisiones importantes son tomadas afuera. Por lo tanto, todo lo que pasa al interior, está determinado por otros. 

De ahí que este gobierno es una mínima expresión de la administración de lo público. No gestiona ni dirige al país. Esto le da al ciudadano común la excusa perfecta para su inacción y la ignorancia. Para no ser responsables. Algunas personas o grupos creen y hacen creer que alguien, en algún lugar, está a cargo de todo. Que es un gobierno poderoso o un pequeño grupo de multimillonarios, que actúa como la mano invisible, y que gobiernan secretamente al mundo. Con esto se desligan de la profunda crisis nacional y subestiman la complejidad del sistema. Es imposible que unos pocos, en algún lugar, puedan entender todo lo que pasa en el mundo o en un país específico, pues sus objetivos son muy limitados. En un sistema caótico las ventajas de los millonarios y su poder son proporcionales a sus objetivos. El sistema es demasiado complejo para que unos pocos detengan el calentamiento global, por ejemplo.

Ya estamos desconectados de la democracia, ahora falta “aislarnos” del mundo global, pero la vida es mucho más que eso, y a pesar de todo cada uno(a) tendrá que seguir su vida y resolviendo sus problemas. Será esto posible?    

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