Escuchar, mirar y actuar por Luis Javier Crisóstomo

Nuestro país está viviendo los días con el número de contagiados por Coronavirus en aumento. En la medida que pasan los días, también se complican las condiciones de vida de muchas familias que están quedando sin comida. Mientras los medios de comunicación llevan la información oficial donde tienen cobertura y donde se comprende la noticia hay reflexiones interesantes acerca de las enfermedades, la salud y la vida. Las familias, según sus condiciones, mantienen las precauciones para que no se contagien los ancianos y los niños. Queremos salud y alegría para niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, abuelitas y abuelitos. No queremos cientos o miles de muertos.

Escuchar y mirar de otros países lo que han hecho bien para evitar el avance del Coronavirus. Además, tener presente que tanto países ricos como los países pobres, se han expuesto ante algo que no se esperaba. En Guatemala, ya nos dimos cuenta que el tema salud pública ha estado en el abandono, médicos y enfermeras ya han presentado sus demandas porque es el personal que está al frente para atender a las personas que ya han contraído el Coronavirus. Es obligación del gobierno central equipar al personal de salud para evitar el contagio y seguir con la atención de la salud.

Hemos escuchado que no es recomendable ir donde se reúne mucha gente. No sea que en esas aglomeraciones llegue una o más personas con el Coronavirus y contagie la enfermedad a muchas vidas. Hemos aprendido, que en algunas ciudades donde habita mucha gente y no se han cuidado, ha habido muchas muertes. Esto quiere decir que, en los municipios de Guatemala, hay que continuar por varios días, semanas o meses sin ir al mercado público. En estos espacios, por tradición, circulan miles de personas. Ante esto, es recomendable mantener los mercados comunales que se han abierto desde que empezó esta cuarentena, o permitir la entrada de vehículos para vender productos de consumo de aldea en aldea. Otra práctica que hay que evitar, en tanto dure esta calamidad, es la reunión de personas en servicios religiosos, puesto que, en muchos casos, llega cantidad de gente y puede complicar la situación. La asistencia de estudiantes a la escuela de distintos niveles, será de identificar y decidir el momento propicio para que vuelvan a las aulas, hay que aceptar que no se tiene experiencia para trabajar el aprendizaje a través de alternativas a distancia y que las formas aplicadas al momento, solamente han servido para unos pocos y la mayoría de estudiantes está sin atención.  Otro espacio a revisar su uso, es el caso de las improvisadas terminales de transportes en varios municipios, se aglomeran los usuarios, falta de orden y hay ausencia de higiene. Unido a esto, el caso del transporte colectivo, es de imaginar las unidades que llevan personas sentadas, las que van de pie y en muchos casos, otras van colgadas en las puertas o en la parrilla. Hay que seguir las orientaciones de los especialistas en salud, qué prácticas tenemos que mantener durante los días que vienen y estar atentos a las indicaciones del gobierno central para conservar la salud, la vida y la alegría de todos.

No quisiéramos imaginar qué va a suceder cuando el Coronavirus llegue a las comunidades rurales que son aquellas lejanas aldeas, caseríos y cantones donde la mayoría de familias viven en condiciones precarias, donde los servicios de salud simplemente no existen y donde abunda la desnutrición. Atentos para escuchar, observar y practicar lo necesario para evitar muchas muertes. Entre todos a cuidar con entusiasmo la salud de Guatemala.

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Ignacio EspañaComentario