El cambio climático y el nuevo modelo de desarrollo por Beatriz Villarreal

El estudio, definición y discusión que se viene dando, desde hace más de cinco décadas, de ambos fenómenos, y de su relación, cobra hoy nueva vigencia, ante los resultados cada vez más preocupantes de las consecuencias de las relaciones ocurridas entre ambos procesos, por sus progresivos resultados negativos y la posibilidad de futuro que se pregunta la humanidad. Las posibilidades viables de futuros accesibles según  el autor del libro “Los Límites del crecimiento”, Denis Meadowa, para superar los problemas o síntomas resultado de un continuo crecimiento físico infinito de la industria y de la población, en un mundo finito, que requiere la estabilización de la población y del consumo. Se han sobrepasado los límites, se está emitiendo una cantidad de dióxido de carbono 5 veces superior al límite. Estas actividades han aumentado a tal ritmo, que ya ponen en peligro la existencia material y humana de este planeta. Las muestras de sus consecuencias y de deterioros se ven a cada paso, evidenciando la capacidad humana para consumirse  los recursos naturales no renovables y destruir los renovables, a un ritmo nunca visto.

El modelo de desarrollo seguido hasta ahora tiene como objetivo un crecimiento económico exponencial ante la demanda excesiva, a pesar de que la ganancia que se obtiene solo se duplica y, los mecanismos de progreso tecnológico y gobernanza del mercado, en vez, como se esperaba, para reducir una desaceleración metódica, tiende, a la inversa, a rebasar los límites. Esta forma de desarrollo solo se ha duplicado, pero ha disparado de forma exponencial, o sea ha multiplicado de manera infinita la contaminación del ambiente. Lo que demuestra cómo estamos consumiendo y gastando los recursos naturales existentes. Para este autor los límites del crecimiento plantean problemas difíciles de solucionar para poder conseguir un desarrollo sostenible, lo que exige efectuar cambios.

Dominique Voynet, fundadora del Partido francés “Los Verdes” en 1984 considera que a partir de los hechos es posible alertar que el desarrollo tiene límites. Hoy estamos viviendo del crédito y en la evaluación de la riqueza mundial, se descuida lo esencial, que es la deuda ecológica contraída al hacer un uso y despilfarro de los recursos naturales no renovables. Cita dos casos sumamente ejemplarizantes: 1- para fabricar un ordenador personal se consumen 11 toneladas  de materiales naturales no renovables y 32 kilos de esas materias. Y, 2- 8.000 litros de agua para hacer unos pantalones jeans que nosotros consumimos como pan. Todos de una u otra manera, de acuerdo con nuestra capacidad económica, hemos entrado y somos parte, o nos han conducido al consumismo y al uso excesivo de bienes materiales como sinónimo de bienestar y de buena vida.

Para esta autora se está consumiendo el 122% de los recursos del planeta, estamos hipotecando el futuro, cada vez, los que podemos, consumimos y comemos más y más carne. Se construye más y más utilizando el hormigón y el cemento. Este ritmo de crecimiento de la producción de la riqueza, de forma paralela, profundiza las desigualdades, los desastres sanitarios y ambientales. Se pregunta qué hacer? Ante este desafío de envergadura mundial, pues la situación es inédita. Propone que ahora lo que se necesita es transformar. “Cambiar el modo de vida supondrá que se ha cobrado conciencia de la finitud del planeta y del destino común de todos sus habitantes”. Pero este cambio va a ser extremadamente difícil.

Mustafá Tolba, científico egipcio, Director de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hasta el año 1992 en un artículo titulado “Desmaterialización y Desarrollo Sostenible” abordó críticamente el concepto de desarrollo sostenible. Consideró que las modalidades de desarrollo que se perseguían no eran viables. Estas modalidades eben ser reorientadas elaborando proyectos rigurosos para alcanzar una forma de desarrollo auténticamente sostenible. Propuesta que presentó desde el año 1992 en la Cumbre de la Tierra, (27 años). El desequilibrio persistente entre el crecimiento (material) y los índices de desmaterialización de las actividades económicas y culturales, es el resultado de una forma de producción que desemboca en la exigencia desenfrenada “de proseguir un crecimiento galopante a expensas de los recursos naturales de la tierra”. Propone hacer dos cosas: 1ero, detenerlo por completo, y, 2da, cambiar la modalidad de crecimiento para poner término a la acumulación de estragos en el medio ambiente. Por lo que la única forma de lograr un desarrollo sostenible consiste en mantener el crecimiento con un mínimo de repercusiones negativas en el medio ambiente.

Para esto se tiene que desmaterializar al mismo ritmo de crecimiento. La desmaterialización es el conjunto de actividades que reducen el consumo de materiales como son la energía, el agua, la madera, los minerales, etc en cada unidad de producción económica. La desmaterialización está asociada de prevención de la contaminación, a las mejoras de eficacia, a la utilización de la energía renovable y a la ecología industrial, entre otras soluciones. Transformarla en una producción más limpia, basada en la intensificación de las capacidades de desmaterialización de las tecnologías más convencionales. Con la utilización de bits como unidades de medidas abstractas de dos dígitos (0 y 1) es posible potenciar la utilidad de la tecnología, para producir nuevas respuestas conceptuales, en lugar de continuar con el desgaste de la materia, compuesta por átomos, que son las unidades básicas de la materia.

Para Tolba la expresión bits por átomos es utilizada para designar la sustitución del material por la información digitalizada, de ahí la importancia de la informática para realizar y lograr hacer el cambio climático. Y pareciera que esta es la única solución que va quedando, ante la gravedad actual de la situación global. Con ello la posibilidad de que el crecimiento deje de depender de la materia, será una realidad, si se hace realmente. Desaparecerían los déficits de desmaterialización y el desarrollo sostenible sería una realidad. 

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