Luis Javier Crisóstomo - Visto desde el campo

Otro año escolar que se termina para alegría o preocupación de padres y madres de familia. Es común que los Estados del mundo confían en  la educación como uno de los medios que apoya la formación de generaciones jóvenes en la búsqueda de cambios políticos y económicos deseables para el bienestar de los pueblos.  Pero también, hay pueblos que ven a la educación uno de los mecanismos para defender el estado situacional donde la exclusión es una de las estrategias que mantiene a buen porcentaje de la población en condiciones de empobrecimiento, sin participación en la vida política del país.

El ciclo escolar 2018 ha terminado y es momento propicio reflexionar sobre lo que debe mejorar la educación de nuestro país. El tema de la educación bilingüe intercultural con leyes a favor y todo un diseño curricular disponible es uno de los componentes con dificultades por motivos administrativos, técnicos, financieros y actitudinales. Con un poco de tiempo disponible cualquier padre de familia, experto o curioso puede revisar los cuadernos de  niñas y  niños y cualquier libro de texto de alguno de los grados de la primaria, comprobará cómo funciona la exclusión y la imposición de conocimientos cuya historia viene de siglos  atrás. Se anuncia a través de reuniones, talleres y visitas de la atención a la educación de los pueblos y la interculturalidad pero en las aulas la realidad es otra.  Este anunciado currículo tampoco ha tenido la atención debida por lo que en los centros educativos poco o nada se trabaja acerca de la vida de las comunidades locales y de las regiones correspondientes. Es de reconocer que hay actores en el nivel local y distrital sin  apertura a la participación de la comunidad educativa argumentando que padres y madres de familia no tienen la formación para apoyar la educación de sus hijos.

El idioma de comunicación didáctica en comunidades de alta población indígena, sigue siendo el Español en preprimaria y  primaria. Pero la población guatemalteca debe apreciar y apoyar el perfil de egreso con el dominio de tres idiomas así como lo establece el Currículum Nacional Base.

La formación inicial docente está avanzando, pero las observaciones identifican que no hay oportunidades de trabajo para los que egresan del nivel de educación superior y entonces no es fácil evaluar el nivel de impacto en las aulas particularmente en el tema de educación bilingüe intercultural y el uso de procedimientos innovadores en el aula.  De la formación continua, será de revisar el uso de los idiomas regionales, la identificación y uso que deben tener los conocimientos y tecnología de comunidades locales junto con los conocimientos de otros pueblos de Guatemala y del mundo. La escasez de materiales educativos es fácilmente observable cuando se invita a  estudiantes a leer cualquier tipo de texto.

En estas condiciones es necesario  atender y asumir lo que plantea el Currículum Nacional Base a la luz de la multiculturalidad e interculturalidad en sus distintos niveles de concreción, qué se ha alcanzado con la formación inicial y continua del docente, las novedades del acompañamiento educativo, el diseño y elaboración de materiales educativos y las respuestas para resolver la exclusión y la discriminación. La participación de las familias y de los pueblos de Guatemala es vital  porque funcione la educación del país con el acompañamiento permanente de ellos. Un buen porcentaje del presupuesto nacional debe dedicarse  a la inversión en educación y las fuerzas vivas y los pueblos de Guatemala deben demandar educación de calidad para todos.

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