Olmedo España - Reforma Académica

El término reforma tiene una larga historia y múltiples connotaciones. La que tuvo mayores repercusiones fue la reforma religiosa encabezada por Martín Lucero quien revisó la doctrina católica-cristiana, deviniendo en un movimiento del protestantismo, el cual se articuló de forma natural, con el origen y desarrollo del capital, tal y como lo explicó posteriormente Max Weber.

En el ámbito de los estudios universitarios, los hechos históricos más impactantes fueron la impronta de la reforma educativa impulsada por Napoleón, dándole un carácter profesionalizante a los estudios y de una plena vinculación con la economía y la producción de las naciones. Por ello se habla del modelo napoleónico,  aún presente en nuestra universidad.

El otro gran jalón, corresponde a la Reforma de Córdoba el año de 1918, lidereada por los estudiantes,  orientada a vincular la universidad con los problemas de la sociedad, el derecho a la autonomía y al cogobierno estudiantil.  En cuanto a Guatemala, podríamos afirmar que la universidad de carácter modernizante nace con la revolución de 1944, pero esencialmente no logró superar una especie de síntesis entre el modelo medieval y el napoleónico. O sea, cambios sustantivos no los hubo, sólo el logro de la autonomía universitaria de carácter constitucional, diferente de lo que si se dio con la Universidad Nacional Autónoma de México, que se refundó el año de 1917, como resultado de la revolución mexicana.

Hoy, después de  más de medio siglo, en el cual la historia ha corrido mucho más que en otros momentos. Somos testigos y partícipes de la cuarta revolución industrial con avances en las tecnologías de la información y la comunicación, las impresoras 3D, la robótica, los drones, el ascenso de las ciencias biológicas como una de las disciplinas claves para entender al ser humano. Asimismo asistimos a un  desgajamiento de los valores e ideologías,  desmoronamiento de la bipolaridad del mundo, el surgimiento de las guerras en la cual se enfrenta al inframundo de las drogas, las crisis repetitivas del capital con sus incidencias sociales, la deslegitimación de los aparatos de Estado como consecuencia del cáncer de la corrupción, el surgimiento del fenómeno del cambio climático que causa graves problemas multisistémicos en el mundo entero. En fin, una serie de grandes temas y problemas que no pueden ser desoídos por un centro de altos estudios, como lo es la universidad.

En tal sentido, nos parece que una reforma académica de la Universidad de San Carlos, no sólo es necesaria, es urgente sino quiere ser quedar abandonada en la estación del tren que marcha hacia el futuro. Obviamente,  llevar a cabo esta compleja tarea, reviste dificultades de todo tipo. Hasta hoy ciertamente no hemos escuchado ideas en torno a debatir acerca de un nuevo modelo universitario que tenga su anclaje por ejemplo en las conclusiones de la Conferencia Mundial de Educación Superior convocada y celebrada por UNESCO el año de 2009. Antes bien, lo que circula en corrillos son las voces de algunas unidades académicas que aspiran a estar representados en el Consejo Superior Universitario o a la eliminación de las pruebas de Conocimientos Básicos para ingresar a la USAC. Tal pareciera que se impone, una reforma de carácter político para democratizar la vida organizativa de la USAC, sin embargo, la reforma de fondo, debe ser la reforma académica.

Me parece que el gran debate en la USAC debe encaminarse hacia la construcción de un nuevo modelo universitario acorde a los tiempos y a las circunstancias, de lo contrario, lo sustantivo quedará intocable.

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