Juan Callejas - Educación, el paradigma del siglo XXI, Padres de Familia como actores fundantes (3)

La familia como célula fundante de una sociedad, cualquiera sea su ideología, raza; cultura, religión; idioma o constructo social existente, es el epicentro de la formación básica y esencial de nuestra vida, tanto en lo individual como en lo social.

Es aquí, a la mano, en nuestras familias, donde se establecen los primeros fundamentos de nuestra capacidad de relacionarnos con otros seres humanos, es decir, de hacer política, tanto en la familia sanguínea como de lo que conocemos como familia política; esta última resultante de un primer gran pacto entre dos grupos familiares: el matrimonio.

Es por ello que no deja de sorprenderme, tanto grata como no tan gratamente, encontrarme que en pleno siglo XXI, instituciones de grandes sabios de la educación reunidos en UNESCO y reportado en un trabajo de investigación sobre la participación de la familia en la educación - PARTICIPACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LA EDUCACIÓN INFANTIL LATINOAMERICANA- afirman lo siguiente:

“En los últimos años la participación de las familias, de los padres y madres en la Educación ha sido tema de discusión, especialmente por tres razones: en primer lugar, por la relación encontrada, en algunas evaluaciones realizadas en la Educación Básica, entre la articulación familia y escuela y mejores aprendizajes en los niños y niñas; en segundo lugar, por el reconocimiento de las madres y padres como primeros educadores de sus hijos e hijas, demostrándose el impacto positivo que puede tener una educación temprana de calidad en el desarrollo y aprendizaje de los niños y niñas, y en tercer lugar, porque la familia aparece como un espacio privilegiado para lograr una ampliación de la cobertura de la educación de la primera infancia”.(el subrayado y destacado es de quien escribe)

Digo que me sorprende gratamente, porque, estas ideas en torno al rol de la familia en una sociedad, ha sido, es y confió seguirá siendo hacia el futuro, el pilar fundamental para lograr la realización individual e integral de cada persona, en un ambiente democrático y republicano que promulga y defienda la libertad y la vida como derechos naturales y anteriores al Estado. En esto, desarrollar las capacidades de relacionamiento, hacer política, es fundamental.

No es tan grato encontrar estos pensamientos en un informe de esta calidad y de esta institución, porque hace evidente el estar re-descubriendo un algo tan natural y de tanto valor en el que nos hemos perdido. Hemos perdido siglos sin evidenciar el desvío de valores tan naturales como la vida misma: en nuestras familias, en nuestra comunidad de padres e hijos y de familia extendida, hemos dejado de llenar y desarrollar las capacidades naturales de ser integralmente lo que cada hombre y mujer trae como vocación de ser. Entre otras cosas, nuestra naturaleza de seres políticos como seres relacionales que somos.

Pero, ¿en que radica y hace la diferencia la educación que desde el vientre de la madre pueden entregar los padres, el matrimonio, la pareja a un nuevo ciudadano?

Es esta respuesta que por simple que parezca, hace la gran diferencia y genera la gran trascendencia que como familias tenemos, cuando de verdad podemos ver y valorar la importancia que tiene la auténtica paternidad responsable. La respuesta puede ser muy simple: la familia en el hogar, educa a un nuevo ciudadano en su humanidad. SÌ, es en esa particularidad, ser humanos, con la que todos los que somos engendrados del amor de una pareja de hombre y mujer venimos creados, es la que hemos de asumir como familia.

Seguiremos conversando y avanzando hacia los puntos concretos de los que hemos de hacernos cargo en la educación de nuestros hijos e hijas, futuros ciudadanos, en su edad más temprana y hasta antes del pre kínder.

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