Julio Hernández Estrada - Los padres en la sociedad contemporánea

Cada quién habla de la feria, según la haya ido. Lo únicos padres que conocimos y convivimos con ellos, son los nuestros. El papel de padres viene cambiando con el tiempo, modernización y mayor escolarización de la sociedad. Desde luego, la democratización de las ideas, la ciencia y la tecnología, un mundo más laico, etc. Propician mejores padres. Sin embargo, todos tenemos introyectados al padre que tuvimos. Lo juzgamos con el tiempo, sus enseñanzas, el tiempo dedicado a nosotros, su comprensión, guía, y acompañamiento durante la vida. En este sentido, hay padres ejemplares, apreciación personal y de la colectividad en la cual uno ha vivido. O bien, por el contrario, la mayoría desgraciadamente han tenido padres que no han estado a la altura de las circunstancias. Los padres también, tienen que ver con el contexto en se desarrollaron, de muchos hijos, diez o doce, en la época de nuestros abuelos, luego cinco o seis, para llegar a los nietos, con dos o tres hijos nada más. Pero la vida sigue su dinamismo, y los jóvenes actuales, en primero lugar no se quieren casar, por la revolución sexual y avances en el control de la natalidad, luego por los niveles de hedonismo, así como las condiciones económicas, que no permiten tener un trabajo bien remunerado, jubilarse, ni siquiera tener un trabajo decente, que permita desarrollar la mejor parte de uno. En estos tiempos, el trabajo es símbolo de enajenación. La oferta de trabajadores bien calificados es enorme para el tamaño de la demanda. Hoy día, hay cientos de miles de jóvenes desempleados, bien calificados. La desesperación es grande y las posibilidades de ser papá, escasas. Luego, en caso de ocurrir, la situación económica deprimente y los deseos de seguir la libertad individual, continuar disfrutando la vida, no permite concentrarse en los deberes y satisfacciones de la paternidad. Esta responsabilidad se ejerce, jalado por las mujeres, esposas o concubinas, que persiguen a sus parejas para que cumplan con las mínimas consideraciones de ser padres. El número de divorcios, separaciones y madres solteras, no permiten una convivencia normal, afectiva y cercana entre padres e hijos.

En Alemania, Polonia, España y otras naciones desarrolladas, los ingresos de la pareja no permiten “el lujo” natural de ser padres. Las condiciones económicas no les facultan a ejercer la paternidad en forma normal, como en países en desarrollo. Indudablemente, el papel de padre esta desapareciendo del mercado, porque no hay un creciente mercado de padres. La situación se vuelve azarosa, eventual, que prefieren abortar antes que tener un hijo. Los viejos, los padres abuelos, ven patética esta situación, los jóvenes de hoy nacieron con esa condición, que no es de una persona sino de toda una generación, los milenians para empezar. Los pocos jóvenes que se atreven a desafiar su reto generacional, terminan entregando a sus hijos a casas de sus padres, los abuelos. Tanto es así, que, en países escandinavos, el Estado ha instituido una ayuda económica para los abuelos que fungen como padres de tiempo completo durante la semana. Los padres biológicos, lo son, de fin de semana. Ahora, con abuelos separados, divorciados o viudos, los nietos, van de casa en casa, para pasar o ser cuidados unos días en casa del abuelo otros, en casa de la abuela. ¡Que vida la de ahora! Cuando hablamos de padres de familia, ¿De que padres estamos hablando? ¿Los del siglo pasado?

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