Educación, el paradigma del siglo XXI - Actores - Juan Callejas Vargas

He creído oportuno continuar esta reflexión vía la identificación de los actores relevantes e incidentes en un Sistema Educativo que sirva a la convivencia sana, pacifica; incluyente y sostenible de una sociedad que tiene como grandes aspiraciones ser democrática, republicana y constitucional de derecho, en la que cada familia y cada miembro de esta familia, como unidad social de la nación, goce de sus más sagrados derechos inalienables y anteriores al Estado: su vida, su libertad y la dueñez de sì mismo.

Es importante identificar a los actores, puesto que de esta manera el Sistema Educativo puede ser articulado en forma consiente, asociativa y voluntariamente, con todas las bondades y beneficios que una articulación de esta naturaleza y centrado en el paradigma de la cooperación y no de la competencia, puede acarrear consigo en un proceso sinegético que multiplique energías, saberes y talentos.

Estoy consciente de que hablar de cooperación como idea articuladora de este esfuerzo es ir contra-cultura, puesto que hemos sido creados en la convicción de que la “competencia” y en muchos casos llevados a sinónimos de “guerra”, es la bondadosa idea que genera crecimiento. En lo personal, esta idea siempre me ha generado una suerte de escepticismo; escepticismo que con el tiempo y adentrado en mis lecturas de la Palabra de Dios, la Biblia, así como de mucha literatura de la ortodoxia liberal, se ha acentuado; razón por lo cual me hace más sentido la idea de la cooperación como pensamiento de asociatividad que enriquece y provoca sinergia.

En el Sistema Educativo como paradigma del siglo XXI, creo poder ubicar al menos cinco actores relevantes y de gran incidencia en la conformación de ciudadanos que puedan vivir en libertad y dueñez de sí mismos, dentro de los parámetros mínimos de lo que esperamos sea un Estado Democrático, republicano y constitucional de derecho.

Los actores son:

1.      Los padres de familia. Padre y madre, cada uno en su rol y como pareja, son vitales en todo el proceso de vida desde la concepción e infancia, pasando por la niñez y etapas de vida hasta ser adultos. En todo este proceso, la atención a la educación y formación para la vida individual de sus hijos y convivencia en sociedad es fundamental.

2.      La familia nuclear y la familia ampliada. Hermanos y hermanas, tios, primos; abuelos y familia política, se tornan trascendentes por si solos y juntos, puesto que representan el primer ámbito de vida en sociedad para cualquier ser humano y es aquí donde se inician dos grandes aprendizajes: el de “aprender a aprender” de y con los demás, y el de “aprender a vivir juntos”, con todo lo que esto conlleva.

3.      Nuestra condición de seres trinos – Alma, Cuerpo y Espíritu – exige que responsablemente y para crecer integralmente, tengamos que cultivar estas tres partes y en ello, en la parte espiritual, es la iglesia, con la mediación de los padres, la que debe asumir la tarea de educarnos y formarnos en la conexión de vida espiritual que tengamos. Nuestra alma, llena de emociones y sentimientos, así como nuestro espíritu, en contacto permanente con Dios, deben tener un sano y edificante cultivo.

4.      Entre las muchas asociaciones intermedias en las que una sociedad de hombres y mujeres libres puede funcionar, se encuentra “la empresa” como ente de producción económica que sirve positivamente en dos grandes ámbitos al Sistema Educativo: en un primer término, es por medio de la producción y el sistema impositivo que se puede financiar la educación pública; en un segundo ámbito y no menos importante, es la inversión en Investigación & Desarrollo, así como la inversión en capacitación de su personal, la forma en que la empresa realiza la tarea de educación, formación y transferencia tecnológica necesaria para mejorar las capacidades de su gente, tanto en beneficio de su gente como de la misma empresa.

5.      El Estado sin duda, es parte relevante de un Sistema Educativo que aspire a vivir en un modelo democrático, republicano, constitucional y de derecho, en donde insisto, podamos los ciudadanos vivir en libertar y dueños de nosotros mismos.

Ignacio EspañaComentario