Las cuentas de Felipillo por Julio Hernández Estrada

Un amigo y colega mexicano, agrónomo y doctor en Estadística, siempre ponía de ejemplo en sus clases de postgrado, “Las cuentas de Felipillo”, cuando las cosas son simples. Mi amigo Guillermo, decía, primero hay que entender la aritmética básica, para poder entender la complejidad de las cosas. Esta semana, caminando por la mañana, encontré un anuncio de Coca Cola, de una botella de tres litros por veinte quetzales. Me pareció barato, cuando una lata de 354 mililitros, cuesta Q4.50 en el supermercado. Esto sería como 8 veces y media, latas, que, si aplicaran el precio por lata, saldrían los tres litros a Q38.00 Esto significa, aparentemente, que estarían “regalando” Q18.00 en cada botella de tres litros. ¿Por qué esa estrategia? En primer lugar, una compañía multinacional, no regala nada. Si un consumidor compra la botella de tres litros para ahorrar, en lugar de comprar la lata de 354 ml, o la más pequeña de Q2.00 la unidad. ¿Qué es mejor? Ahorrar dinero en compras más grandes en lugar de comprar latas pequeñas. O bien, dejar de consumir tanto refresco carbonatado, aunque aparentemente, el precio sea menor. Una cosa, es la decisión económica, y otra, una dieta saludable. La competencia, pone dos botellas de dos litros cada una, por Q18.00. O sea, se pone por encima de la Coca Cola, con un litro más, y baja dos quetzales el combo. ¿Qué es mejor? Lo mejor de todo, es no beber refrescos carbonatados. Con la venta a precios rebajados, de cantidades mayores, obligan al consumidor, a beber más refresco. El caso extremo, es México, país en el mundo con el consumo más alto de Coca Cola. Los camiones repartidores de dicho refresco, pasan a los hogares, a dejar cajas de 12 botellas de doble litro, como que fuera leche o agua filtrada. Hoy, México, sufre las consecuencias con un porcentaje alto de la población, con sobre peso, obesidad, y diabetes. México, ha iniciado una campaña agresiva, para bajar el consumo de azúcar per cápita. Lo mismo hizo con la sal, que presenta también el consumo mundial, más alto. Aunque los precios, son determinantes, en el mayor o menor consumo, la cultura, lo, es más. Tanta es la influencia de la Coca Cola en México, que Vicente Fox, llega a la presidencia, después de ser el Presidente Nacional de la Coca Cola en México. Los precios, determinan, primordialmente, la conducta del consumidor. En sentido estricto, así es. Debemos permitir otros factores en la determinación de consumo, para modular la conducta del consumidor, como una vida sana, una dieta saludable, etc. Desde la época de lo griegos, 400 años antes de Cristo, se discutía el hedonismo, como forma de vida. Unos lo atacaban, otros, lo vanagloriaban. El disfrute, constante y creciente, mediante el placer, es deplorable hoy en día. Por esa razón, ha crecido la tasa de muertes por sobredosis de drogas fuertes, en Estados Unidos de América. Gran parte de la población mundial, confunde la felicidad, con placer. Ciertamente, el placer, es parte de la felicidad, pero no lo es todo. La felicidad, tampoco es permanente, ni intensa, ni creciente. Las fuentes de la felicidad, son variadas. La felicidad, son momentos, después de otras sensaciones, incluso, desagradables. ¿Usted que piensa?

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Ignacio EspañaComentario