El matrimonio fundamento de la familia por José Manuel Prado Abularach

Primero el matrimonio religioso y después los hijos, es una máxima que debería cumplirse siempre, que debe servir de orientación al noviazgo de todos los jóvenes. Sin embargo, en la actualidad hay una corriente ideológica que se le llama laicismo, que es aplicable correctamente para la separación del Estado y las distintas instituciones religiosas, agnósticas o ateas y la neutralidad del Estado con respecto a las diferentes opciones de conciencia de todas las personas. La ideología laicista causa un grave daño a la familia y a la sociedad, cuando quiere hacerse esa separación de la institución familiar por medio del matrimonio, a una serie de uniones libres, según el modo de pensar de los padres o futuros padres.

El matrimonio de una mujer y un hombre forman una familia, y es el mejor medio para que los futuros hijos, reciban los mejores dones de sus padres, reciban educación, formen y desarrollen su personalidad. En el caso de madres o padres solteros, debe existir comprensión de los abuelos, para colaborar y suplir al padre o madre que falte.

¿Y si durante el noviazgo la joven resulta embarazada? La primera pregunta que deben hacerse los jóvenes es ¿Nos amamos y estamos dispuestos a formar una familia para toda la vida? cuando la respuesta es SÍ, mi opinión es casarse es la mejor decisión de su vida, los aspectos económicos se resolverán. Por experiencia personal y de muchos/as jóvenes que conozco y he conocido, cuando hay compromiso, el afán de trabajar aumenta y el tiempo para el estudio se saca con mayor sacrificio, pero se logra. Aunque la mejor recomendación, es posponer las relaciones sexuales hasta después de casados, todos los medios anticonceptivos, fallan hasta en un 5%.

Generalmente es la madre la que se queda sola para la alimentación, educación y formación de su hijo o hijos, no es imposible, pero requiere mucho esfuerzo y se truncan frecuentemente los planes de largo plazo para su vida, como lo estudios universitarios. Por eso el amor necesita de la inteligencia, para conocer sin apasionamiento al novio o a la novia. El amor necesita de la responsabilidad, para saber afrontar las muchas dificultades que sea necesario superar durante el noviazgo.

El amor necesita de la libertad, para que toda decisión de la pareja implique a la responsabilidad. El amor necesita de la prudencia, para que inteligentemente se tomen las decisiones. El amor necesita de la fortaleza, para tener la fuerza necesaria para superar los obstáculos que siempre surgen en el noviazgo. El amor necesita de la templanza, para vivir la abstinencia sexual. Y sobre todo el amor necesita de la justicia, para nunca hacerle daño al prójimo y mucho menos al niño por nacer.

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Ignacio EspañaComentario